Faltan pocas horas para correr otra marathon, pero ésta no es otra marathon cualquiera, ni siquiera el que sea la número 75 de mi vida la viste de especial, creo que es más que eso. Yo jamás fui amante de numeros, jamas he mantenido una rutina y clasificar mis carreras en un orden interesante y en algun lugar siempre a mano (¿A mano?¿Para que? solo mi memoria es capaz de clasificar y recordar).| Esta marathon despide una pasión demasiado desmedida, despide una forma de correr, despide una parte de mi que deportivamente aun no se si me llenó del todo, despide esos momentos alegres pero demasiado agónicos, despide esa grandeza que me llevaron mis locuras, despide esos retos que jamas fueron incumplidos, despide esa numerologia y esas prisas tan emocionantes pero tremendamente nerviosas. En su momento creo que era feliz, me alegraba pornerme retos, me alegraba autosuperarme cada instante y motivarme con pequeños detalles, me alegraba exprimir de cualquier lugar cualquier magia que alli podia haber. Todo me apasionaba hasta limites inimaginables. Siempre crei que lo podia hacer todo, a la vez y de cualquier forma, viví en mi propio engaño, era una alegria construida a base de esfuerzo pero los resultados a los que llegaba no me alegraban como resultados si no como un simple final respetuoso con mis esfuerzos. Pero ya no quiero ser asi. El atletismo me ha dado muchas alegrias y seguramente me va a dar muchas más, por que ahora mi mente esta mas despejada, mi ojos mas limpios y mis oidos mas atentos, pero yo ya no quiero coleccionar carreras, ni ponerme retos en listas infinitas. Toda pasión conlleva su frustración si la llevas a terrenos que jamas deberian pisar. Retos que se resvalan de mis manos y se rompen como jarrones de cristal, pasos mal dados en terrenos descuidados, tormentas traicioneras y enemigos como el frio y el viento que aparecen y desaparecen, errores en viajes entre mentes demasiado llenas, entrenamientos tan largos como inútiles, a veces todo se escapa de entre los sueños y se esconde en realidades que nadie es capaz de comprender. Y yo soñé demasiado, eso me ha llevado a lugares increibles, conversaciones miticas y por que no solitarias, la pasión bien entendida me ha llevado de la mano a lugares paradisiacos, pero también me llevó a pozos de tristeza, a no comprender los caminos correctos, a tomar malas decisiones, a regalar demasiados errores a gente que nunca confio en mi. Creo que uno no debe dejar de ser un apasionado, me apasionan tantas cosas que dejar de serlo significaria dejar de ser yo. Pero si que debo equilibrar esa pasion, agarrarla y decidir en que momentos usarla, en que momentos regalarla, en que momentos introducirla entre mis sueños y mezclarla con otros tantos meritos, digamos que fui un desequilibrado. Si, lo fui, fisicamente pude hacer tantas cosas que me olvidé de si queria o no hacerlas, como si tuviese que demostrarme cosas que ya sé que puedo hacer. Pero ya no, ya no quiero acumular marathones, y viajar sin ver, ya no quiero correr ahora solamente quiero disfrutar, quiero correr controlando mis esfuerzos, recuperando lesiones y haciendo pequeños pasos dentro de una siempre importante mejoria personal. Mi pasion ahora esta repartida: una parte se la llevaron mis errores, que aun nadie me perdona y que yo me empeño en recordar y otra parte se la lleva mi futuro, mi sabiduria, el amor, la familia y unos valores desenterrados. Las marathones seguirán pero como complemento en mi vida, hubo un tiempo en que lo eran todo, jamas algo lo debe ser todo en la vida, tienes el peligro de quedarte sin nada.